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05/08/2024

Reapareció Macri: ¿Podrían ser un dúo dinámico Milei-Macri?

Ambos tienen poder, cada uno desde su función. Y no van a ceder ni un milímetro de la porción que hoy por hoy cada uno tiene en y con su espacio político correspondiente.

Reapareció Macri: ¿Podrían ser un dúo dinámico Milei-Macri?

Podría ser como no. Todo depende obviamente de los actores involucrados, el presidente Javier Milei y el ex presidente y titular del PRO, Mauricio Macri, y de sus entornos más pequeños y cerrados, sus círculos chicos, y los más grandes, el de sus propios partidos, y la tendencia que se vaya vislumbrando en cuanto a perspectiva a ser aceptada o rechazada por el electorado, en vistas a las próximas elecciones legislativas que, según algunas de las últimas encuestas a las que accedí, se presentan como reñidas y hasta parejas, alejándose un poco de los últimos resultados electorales presidenciales. Otras muestran números más auspiciosos para el oficialismo, pero con el alerta de las cifras de la microeconomía y de los bolsillos en cuestión.

En la que fue la Asamblea del PRO, con las diferencias marcadamente pronunciadas y expuestas por los delfines de Mauricio Macri, ausente en esa instancia y representado por el electo titular de dicha Asamblea, Martín Yeza, ex intendente de Pinamar, y la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien dejó solamente a sus seguidores sin estar presente en la reunión, quedaron establecidos los caminos que cada uno de ellos, actual presidente del partido y su ex titular, pretende delinear y seguir. Macri conservando la identidad del partido sin desdibujarse, ni él como dirigente ni el PRO como estructura partidaria, en una alianza con La Libertad Avanza, y Bullrich intentando una fusión entre ambas corrientes, amalgamándolas, de tal modo de quedar integradas en un todo único.

El emparentamiento ideológico de ambos partidos podría dar lugar a cualquiera de las dos opciones, de las que hoy prima, por ser mayoría en el PRO, la postura del ex presidente Macri. Un bloque de centro derecha entre los que se ubican más cerca del centro y los que enraizan las ideas más liberales y de ultra derecha, y en el medio todos los que comprendan y sostengan por ideas este espacio, podría ser más que útil para las próximas elecciones. Sea que vayan juntos o por separado, pero mostrando que están juntos, en bloque, el mismo que deberían mantener de obtener los votos correspondientes, como en las elecciones presidenciales del año pasado.

El compromiso de la consolidación de un bloque legislativo conjunto, en los términos recientemente planteados, implicaría ir en una misma dirección. Uno de los motivos que evita la fusión con La Libertad Avanza, es la independencia de la que goza y gozaría el PRO en el Poder Legislativo, ante proyectos enviados por el Ejecutivo, o sea, por Javier Milei. Hacer el juego de aliado cuando la situación y contexto lo requieran, tal como sucedió en el tratamiento parlamentario del proyecto de Ley Bases, el paquete fiscal y el DNU del presidente, podría también ser contrarrestado por la ubicación en sentido contrario, cuando la coyuntura lo amerite, tal como podría suscitarse en la desaprobación del pliego de Ariel Lijo, candidato propuesto a instancias del Ejecutivo para integrar la Corte Suprema de la Nación, así como en muchos otros casos que se presenten a consideración del Congreso.

El dúo dinámico podría ser una dupla fuerte. Pero cada cual es cada cual. Javier Milei es el presidente de la Nación y Mauricio Macri un ex presidente y titular del PRO. Uno diseña y marca los destinos del país, mientras que el otro resuelve desde la presidencia de un partido que no es cualquier partido, sino con el que logró alcanzar el podio del poder junto a otras fuerzas políticas aliadas y, desde y con el cual, puede marcar la cancha al igual que aunar voluntades traducidas en votos para hacer prosperar el programa económico del actual primer mandatario, tal como lo plasmó en auxilio de la finalmente sancionada Ley Bases, reformulada y acortada, luego de varios intentos fallidos.

Ambos tienen poder, cada uno desde su función. Y no van a ceder ni un milímetro de la porción que hoy por hoy cada uno tiene en y con su espacio político correspondiente. Se aprecian y admiran. Se respetan. Pero también se distancian y diferencian cuando lo creen necesario. Marcan su cancha y si no lo hacen ellos lo hacen sus entornos, sus mesas chicas, que para eso están, además de cuidar celosamente a los dirigentes que llevan las riendas, observando con cuidado cada paso que cualquiera, dentro o fuera del espacio, pueda dar con la intención deliberada o solapada de esmerilar lo que les es propio.

Los entornos más próximos o mesas chicas tanto de Javier Milei como de Mauricio Macri sostienen, claro está, los intereses de cada uno de estos dos actores y los propios, resguardando de extraños la intrusión a su territorio, y hasta estableciendo reglas de juego propias, al margen de los dirigentes a los cuales representan, aunque no a sus espaldas, sino a sabiendas de los mismos que lo agradecen e impulsan como una fuerza motora propia. Cuando Macri refiere al entorno de Milei, los que lo componen saltan en defensa propia. Pero debe saber que no hay uno sin los otros. No hay un Milei aparte de su hermana Karina en primer lugar, y de Santiago Caputo, ni del resto en menor medida. Aunque Milei prefiera quizás tomárselo en tono jocoso para disipar cualquier atisbo de enfrentamiento y conservar su cercanía a un aliado como Macri que lo auxilió con su apoyo y el de sus votantes en las elecciones pasadas y en la aprobación de la Ley Bases. Por otra parte, el contenido del discurso del titular del PRO en su reaparición pública partidaria, era conocido por Milei y no lo sorprendió en absoluto cuando lo escuchó. No así su entorno, que expuso sus reproches a lo que consideró un avance sobre sus intereses, gestión y logros. No descartemos que el entorno es como una masa de energía que se mueve alrededor de su exponente máximo y que, como tal, gana sinergia en tanto y en cuanto reciba energía de su centro de poder. O sea que los entonos por lo general son fogoneados desde su núcleo para sostenimiento del principal empoderado del cual dependen en primera instancia, ya que sin él quedarían desdibujados en su propia definición del rol que desempeñan.

La lealtad de ambos es observable, observada, evaluable y evaluada. El ex presidente Macri considera ha sido magnánimo desde un principio, ya que, habiendo reconocido el caudal de votos obtenidos por Milei, optó por brindarle su apoyo, contribuyendo a inclinar la votación de los propios para beneficio de quien finalmente surgió electo. Claro que no estaba en los planes de Macri, ni por asomo, dar ninguna chance, por pequeña que pareciera, al ex Ministro de Economía, Sergio Massa, para que pudiera ganar las elecciones, y con él el kirchnerismo, y menos merced a alguna mezquindad propia o de su partido, cuando, por sí mismo, mediante el frente de Juntos por el Cambio, no había logrado alcanzar el éxito buscado.

Si bien en el momento de las elecciones presidenciales pasadas, Mauricio Macri hizo alusión a su incondicional aporte para apoyar a Javier Milei, las condiciones comenzaron a llegar cuando el organigrama de la administración pública iba tomando forma, los libertarios se iban adueñando de puestos, y los del PRO eran elegidos a cuentagotas. Si bien quedó claro, a través de sus últimas expresiones, que el ex primer mandatario quiere que integrantes de su partido tengan una participación activa por medio de la ocupación de cargos estratégicos, ya que tanto a la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como al de Defensa, Luis Pietri, los considera y se consideran parte de la estructura de Javier Milei, lo que queda más claro todavía es su pedido de reciprocidad y devolución de lealtad. Javier Milei también reclama estos valores cada vez que pretender avanzar en la consecución de medidas que le permitan plasmar su programa de gobierno. Ocupar cargos sería formar parte del gobierno, teniendo injerencia en las decisiones del ámbito nacional, sin alcanzar la fusión reclamada por La Libertad Avanza.

¿Qué serían el uno sin el otro? Menos de lo que podrían ser como dúo dinámico. Aunque cada uno tiene su propio perfil, identidad propia, poder y espalda suficientes como para sostenerse a sí mismos y enfrentarse al otro. Pero, ¿qué los haría enfrentarse si juntos pueden ser más fuertes y poderosos de lo que son individualmente? Ambos pretenden lealtades. Reciprocidad también. Como aliados, pero a su vez potenciales adversarios, se van midiendo en cada palabra, en cada gesto y en cada acción. Incluso en sus silencios y desapariciones de escena. Y en su sutil lectura de pensamientos. Los reales y también los supuestos y probables, los que les permitan adelantar las jugadas del otro. Y por supuesto las propias.

Pareciera que sus opositores saben mejor que ellos las consecuencias que la composición de un dúo dinámico podría traer aparejadas. En un futuro cercano y próximo, el resultado de las elecciones legislativas será una de ellas. Y, de no lograrse una alianza perfecta, y suponiendo que los votos permanecieran en las redes de cada uno de los partidos y sus referentes, Mauricio Macri y el PRO y Javier Milei y La Libertad Avanza, el juego que la centro derecha podría ejercer en el Congreso se hace cada vez más predecible. Y cuanto más se distancien entre ellos, más incertidumbre generarán en los votantes al momento de tomar una decisión que esté acorde más con su calidad de vida y bolsillo que de algún otro factor discordante con la actual oposición, y que finalmente influirá en base a los objetivos de macro y microeconomía que se hayan alcanzado hasta ese momento, habiendo pasado el romance inicial con el actual gobierno. La oposición lo sabe. El oficialismo también lo debiese saber.

Es así que un peronismo que se presenta sin un líder a la vista, está en una búsqueda desesperada de quien lo represente y sea el elemento aglutinante de voluntades y votantes en las próximas elecciones legislativas. A nivel nacional son más las peleas y distanciamientos que uniones y amalgama tras ideas y acciones concretas. A nivel distrital, algunos opositores se están despertando. En la Ciudad de Buenos Aires, las proximidades entre algunos referentes del peronismo y de la Unión Cívica Radical están requiriendo de aceptaciones y acuerdos mutuos en pos de acciones concretas conducentes a los próximos comicios. Son varios los ejemplos de radicales que se pasaron al bando peronista, mientras otros optaban por formar parte y permanecer en el frente de Juntos por el Cambio. Tibiamente, los desencantados van encontrándose para trazar un camino común.

Mientras esto sucede en la arena política, ¿se conformará un dúo dinámico Milei-Macri Macri-Milei?

Por María Belén Aramburu

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