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18/06/2024

¿Por qué los presidentes se sienten tan cómodos cuando viajan al exterior?

Los viajes al exterior suelen permitir, al menos por unos momentos, esa bocanada de aire fresco que los presidentes desean obtener antes de zambullirse nuevamente en los vaivenes del quehacer doméstico.

¿Por qué los presidentes se sienten tan cómodos cuando viajan al exterior?

¿Acaso se olvidan de los problemas domésticos? No podrían aunque quisiesen. Sus asesores y funcionarios que los acompañan los mantienen permanentemente informados. Tienen y manejan redes sociales, ni hablar de nuestro presidente Javier Milei, sumamente activo en ellas, incluso cuando viaja. Aunque quisieran escaparse de los difíciles y acuciantes temas que le competen en el país no podrían jamás hacerlo. Periodistas nacionales y extranjeros que los aguardan en una conferencia de prensa tras otra, se encuentran siempre ávidos de formular las incómodas preguntas de rigor que saben tendrán repercusión en todos los ámbitos. Los primeros mandatarios del exterior con quienes se encuentran, sobre todo en reuniones de carácter bilateral, van a fondo en estas cuestiones, ya sea para simplemente informarse en un contexto internacional que los incumbe igual que al resto, o porque de algún modo les concierne en lo particular.

Es en especial cuando los problemas internos se acrecientan, cuando la comodidad en el viaje al exterior toma una mayor dimensión. Como una suerte de vía de escape nuestros presidentes son recibidos con honores en los países extranjeros mientras resuenan los bombos de las manifestaciones contra sus proyectos de ley presentados en el Congreso intentando resistir sus programas de gobierno. A veces hasta declaran encontrarse “entre amigos” como le sucedía a Mauricio Macri con Donald Trump en Estados Unidos, o a Alberto Fernández con Pedro Sánchez en España. Cristina Kirchner, más allá de las giras internacionales, sentía especial comodidad entre sus pares regionales, siendo la UNASUR el escenario más propicio y amigable para esos encuentros de intercambio en las largas tertulias políticas que ya disfrutaba su ex marido y antecesor, Néstor Kirchner. Con los entonces primeros mandatarios de Brasil, Lula Da Silva, de Chile, Michelle Bachelet, de Ecuador, Rafael Correa, de Bolivia, Evo Morales y de Uruguay, José “Pepe” Mujica, incluso aunque la reunión cumbre se celebrara en la Argentina, la proximidad con el resto de los presidentes y la interiorización y búsqueda de resolución de conflictos en conjunto, hacía parecer la reunión como un viaje al exterior aunque así no lo fuera.

Como ex presidentes también disfrutan de los viajes y el recibimiento del que, por lo general, gozan en el extranjero. Suelen ser convocados para brindar conferencias, charlas, entrevistas, compartir experiencias de nuestro país, sobre todo en lo que refiere a las crisis y sus posibles o manifiestas salidas de ella, presentados como ex primeros mandatarios y escuchados con atención. Para remontarnos a los últimos casos, Mauricio Macri, contó además con la visible plataforma de su función como titular de la Fundación FIFA, con sede en Zurich, Suiza, estructura institucional social y solidaria de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, merced a su buena relación con Gianni Infantino. Por su parte, la buena relación personal y política por afinidad ideológica con el presidente español, Pedro Sánchez, le sirvió a Alberto Fernández, para refugiarse en el país europeo, luego de su período gubernamental y la derrota del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. Basta saber sobre el interés que provoca la visita de un ex presidente a nuestro país y que es recibido por el nuestro. Las afinidades ideológicas, además, y no exclusivamente, condicionan evidentemente la calidad de las relaciones diplomáticas, aunque no debiesen hacerlo en los vínculos comerciales, tal como detallé en una editorial anterior de @Haceinstantes.

En medio de la vorágine que desde que fue presentado formalmente en el Congreso, el proyecto de Ley Bases, sumado al paquete fiscal, trae aparejada, el presidente Javier Milei, decidió acortar la que inicialmente fue programada como una gira más extensa, a propósito de la reunión del G7 que, también casi suspende, pero a la que finalmente asistió. Es que la Cumbre del G7 o Grupo de los 7, según el Consejo de la Unión Europea, es “un foro que desempeña un importante papel a la hora de conformar respuestas conjuntas a los retos mundiales, y complementa la coordinación económica mundial que lleva a cabo el G20”. Realizado este año en el Hotel Borgo Egnazia, en Apulia, Italia, reúne a naciones de peso en la toma de decisiones en el contexto global, como Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Japón, contando con la asistencia de líderes tales como el Papa Francisco y otros. Javier Milei fue recibido por la anfitriona, Giorgia Meloni, la Primera Ministra italiana, de gran sintonía ideológica con nuestro presidente, por lo que el mismo se sintió como en casa, pese a los angustiosos momentos padecidos hasta el minuto del embarque. Fue cuando el avión debía despegar, que Milei recibió la noticia sobre el desempate de la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, de la votación para lograr la media sanción que le faltaba al proyecto del Ejecutivo de la Ley Bases que, con modificaciones, regresó a la Cámara inicial, la de Diputados. Después de haber recibido semejante confirmación, el viaje se tornó suma comodidad, para poder estar en su salsa.

El arduo tratamiento parlamentario del proyecto de Ley Bases, derivado en triunfo por parte del oficialismo, fue una pieza del engranaje que era importante llevar al viaje al exterior. En primer lugar, porque el encuentro del G7 es una vidriera hacia el mundo desarrollado y, desde allá, al resto. En segundo lugar porque ir con las manos llenas de haber alcanzado un logro no es lo mismo que llegar con las manos vacías. Y en tercer término porque lo anteriormente señalado le permitió negociar con el Fondo Monetario Internacional, a través de su titular, Kristalina Georgieva, habiendo llegado a la aprobación de un desembolso de 800 millones de dólares aunque con el compromiso de una mejora de las políticas cambiaria y monetaria, y con la proyección de un nuevo acuerdo con el organismo. Esto a su vez se logró tras la postergación del pago de 5 mil millones de dólares del swap de monedas con China, y la promesa de un pronto y próximo encuentro entre Milei y el líder comunista Xi Jinping, pese a que en reiteradas ocasiones el presidente argentino aseguró que “nosotros no hacemos pactos con comunistas” y que él “no promovería la relación con comunistas”, mencionando entre otros países, a China.

La Cumbre Global por La Paz celebrada en Suiza también encontró la firme presencia del presidente Javier Milei, quien asistió al encuentro junto con otros mandatarios de importantes países, para brindar su reiterado apoyo a su par de Ucrania, Volodomir Zelensky. El estrecho abrazo entre ambos, además de los afectuosos gestos al intercambiar regalos, fue enfatizado por las palabras de Milei cuando dijo que quería expresar “en nombre del pueblo argentino nuestro máximo apoyo al pueblo de Ucrania, y a nuestro amigo, el presidente Zelenski, ya que, como defensores de la libertad repudiamos cualquier forma de violencia”, señalando que “la guerra no es una herramienta para resolver conflictos”. Ésta fue otra vidriera al mundo de occidente, preocupado por la guerra en este país y el conflicto en escala con Rusia, motivo por el que, en conjunto, se están tomando las medidas que se consideran necesarias para ponerle un freno.

A este viaje presidente suma los premios que va a recibir. Aunque con inconvenientes. No todo es tan cómodo en el exterior como se cree, pese a la baja tensión que hasta el momento Milei tuvo con este último, salvo por lo que podría haber sido un gesto más afectuoso o prolongado, o quizás un encuentro que no fue, con el Jefe del Estado del Vaticano y de la Iglesia Católica, el Papa Francisco. Volviendo a los premios, el viernes estaría en Madrid para recibir el del Instituto Juan de Mariana, por la defensa de las ideas de la libertad. En palabras del vocero presidencial, Manuel Adorni, tras saberse que no habrá reuniones con funcionarios del gobierno español, y en medio de las tensiones diplomáticas luego de que el Ministro de Transporte de ese país hubiese afirmado hace poco, en una aparición pública, que Milei estaba bajo los efectos de “vaya a saber qué sustancias”, “es un tema saldado en el que no van a ponerse de acuerdo jamás” ya que “de un lado nosotros tenemos un presidente liberal y del otro lado tenemos un presidente que no lo es”. Sobre el tema de la comodidad queda claro que recibir este premio pone a Milei a la altura de sus circunstancias vinculadas con su ideología, que pregona y declama en cuanto evento público asista o entrevista conceda.

Queda claro entonces que los viajes al exterior suelen permitir, al menos por unos momentos, quizás por unas horas, esa bocanada de aire fresco que los presidentes desean obtener antes de zambullirse nuevamente para bracear las fuertes olas que los vaivenes del quehacer doméstico conllevan, por lo que ellos se comportan acorde con ese respiro que disfrutan de a ratos, hasta que el empujón de las fuertes olas los revolea y arrastra, hacia la orilla de la realidad nacional.

María Belén Aramburu

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